TEXTO: Normalización comida basura

aRtículo 25-03-2025

La normalización de la comida basura en nuestra sociedad

Es interesante notar que, en ocasiones, cuando alguien decide optar por una alimentación más sana y real, ¿estás a dieta? es lo primero que escuchamos.

La normalización de la comida basura se refiere al proceso sociocultural por el cual el consumo de alimentos ultra-procesados, ricos en azúcares, grasas saturadas, sal y aditivos, se percibe y acepta como una parte habitual y cotidiana de la dieta, perdiendo su carácter excepcional o de “ocasional” y pasando a ser visto como algo común y socialmente aceptado. Este fenómeno implica que tanto adultos como niños consideran el consumo frecuente de estos productos como algo normal, lo que contribuye a su alta prevalencia en la dieta diaria y dificulta los esfuerzos de salud pública para reducir su ingesta. [1-3]
 
La literatura médica muestra que la normalización de la comida basura está asociada con factores como la amplia disponibilidad, el marketing intensivo, la presencia en entornos escolares y laborales, y la percepción social de que estos alimentos son convenientes y aceptables. Esto ha llevado a que, en países como Estados Unidos, los ultra-procesados representen hasta el 60% de las calorías diarias consumidas, con importantes consecuencias metabólicas y psicológicas, especialmente en niños y adolescentes. [1-4]
 
La normalización dificulta la implementación de intervenciones efectivas, ya que reduce la percepción de riesgo y la motivación para cambiar hábitos alimentarios, perpetuando así los efectos adversos sobre la salud pública, como obesidad, enfermedades cardiovasculares y trastornos psicológicos. [1-2][4]

Mensaje: 

Aceptación Sociocultural

La comida basura se ha integrado en la dieta diaria, siendo vista como algo común en lugar de una indulgencia ocasional, lo que normaliza su consumo.

Efectos en la Salud Pública

El alto consumo de alimentos ultra-procesados está vinculado a problemas de salud como obesidad y enfermedades cardiovasculares, afectando especialmente a niños y adolescentes.

Desafíos para la Intervención

La normalización reduce la percepción de riesgo asociada con estos alimentos, lo que dificulta la implementación de estrategias efectivas para mejorar los hábitos alimentarios y la salud pública.

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